tacto coloquial
como lluvias a un campo cansado
como un pacto de no filos y no muerte
como mate y ceremonia
me traigo amor
con los últimos flecos de cometa
y el cuerpo abierto
escapando pesadilla
abajo es frío el piso
despertando aún la sangre tibia
el rito las lluvias que hagan falta
reverdezcamos
al tacto coloquial de la luz sin treguas de la carne
sustancia implacable de mi cuerpo
insiste
en un ser que se está perdiendo del espejo
mientras repudio
el catalejo que muestra las fieras de esta jungla
ignorantes
lo dicen los imbéciles que impulsan los escombros
hay que verlos
gobiernos oscilantes hundiéndose
de hundimiento propio arrastrando a los ajenos
ajenos enajenados de darse cuenta y atarse
de incipiente descordura
por desempujarse y no hacer nada
mientras avanza el escuadrón de los caudales
esperando llanura pacificadora de embriones
sensatez animal
compaginada de contradicción
alterada la faja de clausura
el paso
suspendido sobre el puente
es un sordo movimiento a bronca
apaleando últimos principios
soy un esqueleto
un vacío de botellas carne y fruterío
sosteniendo la cuerda de pulsión
olores
alzados
acuciantes
fustigadores
ellos los benditos instigando
facultados de ocurrirme viva
avisarme instinto
ponerme hierba recién cortada por camino
mirando mis pies me encojo
sólo son la punta de contacto
y sin embargo me entra la certeza
de estar parada todavía
desde las fibras recicladas de la tierra
donde cada día busco reapilarlo
las aspas van lentas los engranajes claman
a veces falta caudal para aceitarlo
desde lo merecido
nota unida
tonada manuscrita que respire palabras como trinos
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