farola y sol
danza canta, en su traje de aldeana, abraza besa y dice los amo
mujerina
hembra y crecimiento
dulce a punto y caramelo
pisadas de ciclos que vendrán
que le vendrán
que inventará y se
reinventará
miradora y constructora
caminante protectora de su reino
combativa embanderada de su género
no será fácil ser princesa
pero será mano alzada para ser
simplemente
la mujer imperiosa de sus sueños
truenos de artificio
una guerra lejos un peligro cerca
sensacionan la tarde de cada sábado
polígono de tiro y me pregunto
se practica la muerte / se domina el miedo
se previenen los pellejos / se mastican los morbos
se entroniza poder / se erigen dioses
en medio de la ciudad incita un color oscuro
azuza el hambre de violencia
provoca un escozor anunciado en altavoz
un chip que mercadea clandestino
no suena esta balacera vecina
como un indudable en preservar vida
asentando mente fresca / en control del nervio /en guarda
de infusión de paz
quiero de lunes a lunes
polígonos que no me hagan ruido
donde estarnos a moderar palabras
admitiendo causa / debatiendo escuela / jugando estado
hay que atinar el fin de las ferias de masacres
con un concierto de sanaciones diferentes
hay que enredarse en el arranque de familia
poner genitales y cambiar el aire
¿ por qué descalza y desnuda
llegó a los altares con agua bendita?
le vuela la tapa del tintero
sopla cuanta pluma cuenta de carga
se compra un pasaje de ida y nunca
renuncia túnica mote sangre
traga los misterios arranca eso parecido en ala
no merece el hombre
su posesión de musa
era saliva mieses vómito
sexo de anticipo y muerte
útero lápida pezón último y primero
de cordones pancarta en hemorragia procesión y vela
una juana de arcos de trinchera
una julieta de setenta nardos sin balcón
no alcanzó su trance arrinconada
no merece la musa
la posesión del hombre
siquiápolis
cuando los pies eran descalzos
no los perturbaban gritos
ni pastos duros sembrados por los otros
es mentira la civilización de las suelas
los zapatos a más cuestan más aplastan
un problema de calzado
un trastorno de camino
un vulnero a las tripas que duelen por la burla
tanto timbre tanta alarma
de los pies a las orejas hay un tóxico
común
que se me mete en las seseras
violenta excluye el regreso a las razones
desconoce
la vida viva de semejantes parada en uno y otro pie
cerrazones
"la vida es más fuerte que una pintura, que un poema,
que una canción”: violeta parra
sombras ensombrecidas que no asombran
no se detienen
aunque el sol arda perpendicular en los pastos y en los cuerpos
hoscas con el bruto sabor de tenerlas de parientes
sombras revueltas incrustadas
por las huellas de uno mismo por las voces de los otros
por el miedo que se vende por la ausencia que no toca
anonimatos en crepúsculos impávidos
sombras sin un árbol aún con quitasol
quizás se termine amándolas
dándoles la mano en osadía de camino
en mediasombra
es posible que amanezca
la “verdadora“
agazapada la mentidora
detrás de lo que no dice/ miente cuando se cierra
cuando por amor pone dos hombros y abrazo
miente cuando no levanta sus cortinas
miente cuando no come
cuando no se emborracha
miente
a la mugre/ a la piel/ a su boca
al humo del tabaco
miente/ cuando dice bien
la mentidora en realidad
no cuenta mentiras
se quita las palabras/ viste retrasos de amaneceres
se cuenta la luna
su militancia íntima
sus corajes ante un párrafo absurdo
nadie descubre a la mentidora (todos la creen madriguera)
pero cuando ríe…
pero cuando ríe es la auténtica mujer de loza fina
la roja pasionaria
en bautismo / la “verdadora”
si alguien escuchase el viento de su boca
lo sabría
esponsales
negras y blancas
teclas
acordeón
y unas manos que recorren/ ojos cerrados
cuerpo de hembra el instrumento
responde/ se entrega
un trozo de tela roja/ flecos en sus rodillas
la falda completa
enrosca la ficción
hay un acto de amor a ras de causarse innegable
está gestual / escalofriado en el lienzo de las entidades
roza espaciosamente la música el tenue vello
eriza
los dedos son flamas musitándole a los brazos
a la nuca
un morral la boca / de jugos que proyectan mueca del goce
tensa tensan en silencio retorcido pero lento
un movimiento un reconocerse dentro
brotan violín y viola
con el fin /el acorde / que derrama entre los dos
confesión sin tango / a secas
escribí de mis lápidas y muertes
de amores partidos y llegados
de sus bártulos y míos
otra cara
otro cuerpo
otro vos y creerte/ en el / al fin
ahora más cerca
de la parda piedra más lejos del amor
me decreto prohibida de menciones precisas
no nuevo ahora/ es lo que sé
no amo ahora/ es lo real ( también lo sé)
ella / vendrá sin las previas
quizás el amor/ venga antes de las vísperas
pretendo y pregunto
cómo llegás septiembre
te quiero floreciéndome en pincel de pluma
moviendo libertad deshilachada
prometeme que de verde y mariposa
me dejarás el disfraz pintado en este cuerpo
de huesos primitivos
con la fina ternura de los gritos complacencia
no me traigas agujas quemazones
mis frunces toman fuego apresurado
y mis costuras se deshacen al hincarlas
hay mucho apilado en la historia y mi memoria
esas huellas se sostienen en la carne
se duelen se revientan en el arrastre de los pies del cada día
venite con resistencia donde poder la calma
la vigencia
el beso de las bocas
y un tiempo que ponga incandescencias
parodias
variaciones de los escarnios
esos que están dentro de la caja nervional
hay que encontrar la llave
instancia de cada bocanada entre los espacios
a veces se achican pierden fronteras
pareciera que un llavero hemos forjado
a golpes de orfebre a mixturas de arco iris
y aparece ese viento sin torturas
dejando el trapecio al ras del suelo
bajamos y el hielo se derrite estallan flores en la boca
nada de creer que esto es sellado abroquelado al infinito
tan solo es un timbre de recreo
ahora sigue la indagación de dónde está la ganzúa
es un límite es nuestro es el imperio
acuciando a que se batalle y destruya cada vez
agosto encinto
“ rueda el remolino…”
grupo brasileño
momentos de la cinta
en la que vamos montados
gira rueda rompe en agrios
torbellinos
domingo a la mañana
y es agosto / que importan las térmicas
si es un caldero la cinta
en que andamos todos
hay martillos mortificando
desgastados filtros autodefendientes
tornillos que de tanto ajustarse
y aferrar para no patinar / patinan / nos hacen / patinar
celeste la cinta
blanca la cinta
metiéndose en el laberinto
que desquicia a los periquitos que nos / subimos a / dibujados en ella
cinta mía / salgamos del remolino
mujeres y hombres en tu lomo necesitamos la fuerza de la rueda
nos sosteniendo / nos manteniendo
y sabiendo a donde va
vacíos hartos
“por cada uno que abre un surco
hay miles de intermediarios”
cae el sonido del último tren
pareciera nieve solitaria
él se deja ir / ella se deja venir
después como si lloviera silencio
se acerca el tramo liberado de la noche
ha comenzado el tiempo de los bichos
taciturnos libres de cerraduras
esclavos de sus pecados y de los pecados de los otros
madrugada hora dos / la hora
conveniente / de acostarse y dormir
pero afuera en las camas de nadie
se levantan los miedos y corajes
escozores
cuánto falta / sobra / en ese océano de sombras
y tanto candidato que se miente lo político
tanto beato que esconde la moral
tanto perverso que trafica con lo humano
el huequito
bajo mantas está el ancestro de la cueva
minúsculo rastro hembra
mayúsculo espacio madre
bajo mantas estás en la pieza del rompecabezas
arguyendo fuerza / cabrío entre manadas
zumo dulce del abrazo y el susurro
queda el hueco
se esparce existe se renombra
adosa guirnaldas por cadera
bajo mantas
escribe completa su tela blanca
poemas olores de memoria cuentos de guardar
es un páramo a descubrir
implícito en cada flor de renacimiento
alerta roja
contra la pared copula sexo barato
contra las tejas lluvia trueno granizo
contra mi
los pensamientos
y todo es una tempestad igual
mi atado solo
el nudo hormiguero el miedo en la garganta
que apretaron el día
a marcha de mujeres y tambores
a rayos a destrucción
a órganos vendidos muerte
al humo de la estufa
a la sangre lejos complicada
llueven centellas en mis sesos
siento que se anegan
coincidimos pachamama
somos dos quejas tormentosas
solas
ante el desafío del ataque incongruente
vos te defendés matas morís un poco resistís
yo sólo tengo la fatal osadía de
quedarme en truenos enredada a pensamientos
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