hendedura
grítenme avísenme cuidado las barrancas
urgente en retumbo con la mano haciendo de altavoz
repítanmelo
no voltees por barrancas
ya se que nadie tocará la alarma
por eso revuelco y no puedo dejar de rodar
mientras casi imposible no sentir agrios y chispazos
alfileres avisándole a mi cuerpo
y yo nada mi voluntad nada mi dolor todo
se que caí por mi propio pie
sé que no hay ni una tira ni un cardo en que tomarse
se que llego a poco al finito estrecho y puntiagudo
y todavía intento avisarme del peligro
con tan escasa foniatría
que sólo alcanza para reproducir un eco
que les diga a los demás cuidado las barrancas….
dudo que sea perceptible y ya siento el final del terraplén
retrato: "en la memoria" de Fernando Carballo
3 comentarios:
Jo!! Que facil parece que lo cuentas. Y percibo hasta la intensidad , la ilusión y el olor al derrummbe.
Como cuando uno se enamora y sabe que acabará mal.
"Adrian: Eres una ingenua Loli, enamorarse sucede por encima de la voluntad propia, eso es algo inesperado e irracional. Enamorarse sucede... como la lluvia en verano. Como la lluvia en verano."
Tremendo.
Uno cae por su propio pie, sí, por su propio peso, por esta "nada de voluntad y dolor todo". Me impactó, me traspasó esta poesía.
Abrazo
Jeve.
Uno cae por lo que hace compañera!!! Me gustó leerte, es un canto al silencio.Bellísimoo!!!
Mauric10Rey
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