miércoles, septiembre 27, 2006







verbena nocturna



es la hora que no hay trenes
la posesión
del silencio
destapado contemporáneo par de noche
uno puede tomarle hombro
dejarse manipulear zaranda
absorberlo
ser arena que desliza pasadizo reelegido

ni lúbricos manchones ni sangrado en estridencias
solo tinta contando grillo con un ladrido a la luna

es la hora que no hay trenes
y alguien manuscribe

esparcida pulpa mansa en la ruta que se escucha

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