lunes, marzo 26, 2007

un poema de Jose Larralde



Con mis yuntas de nuncas


Amontonando esperanzas paso la vida,
sabiendo que mañana es otro día,
no importa los que fueron ni los que vienen,
lo viejos ya tuvieron, los nuevos tienen,
tienen otros anhelos que son los mismos,
fundidos en la nada de un espejismo,
tienen rota la idea, tienen prejuicio,
tienen siglos de brazo y de estropicio,
tienen ojos que miran, pechos que sienten
y alguna que otra encía que muestra un diente.
Amontonando sueños paso la vida,
descanso trabajando como fatiga,
soy maestro de miseria, pájaro y rama...
y a veces, soy yo mismo, montón de nada,
otra veces soy perro siguiendo al amo
y si tengo una herida solo me lamo,
Por razón que no entiendo a veces ladro,
tal vez para ver si existo y seguir ladrando,
Total abro la boca y brota el sonido
y a veces otro perro ladra conmigo,
Aprendí cabresteando a hacerme viejo
y arrastre a las ideas mas de un consejo,
he sacado del pantano tanto cangrejo
que ahora hasta para sentarme reculo al cejo..
amontono esperanza, por eso vivo,
gracias a Dios fue gratis haber nacido,
lo que es cierto es que soy cierto y vasta con eso!,
si andas analizando se gasta el seso
y al final la zozobra te invade el pecho
y del cierto a la duda se agranda el trecho...
Por dudar de mi mismo viví sangrando
y en cada cuajarones pensé "hasta cuando?",
reventó la respuesta altiva y muda
y la madre indiferencia me dio su ayuda,
ayuda pa' estar solo, ayuda inerte,
disprecio por la vida!, asco a la muerte!,
nido de luce malas viviendo a oscuras
y en cada sol naciente ver la huesuda,
estar como tranquera sin alambrao
con huellas que me cruzan por el costado,
rasqueton para cualquiera que ande sarnoso,
peón de lunes a lunes, tumba y sancocho,
guacho de padre y madre, reconocido
hijo, hijo pa' dar el brazo, guacho pa' recibirlo,
soldado de la herramienta siempre de guardia,
yo custodio la huerta, carpo la sandia,
y en cada caladura que el tajo sangra
su negra dentadura me muerde el alma...
patrón de mis miserias, talón de suela,
mis miserias se quedan mis años vuelan,
un día pulse un sueño y cante mis penas
con cuerdas arrancadas de mis arterias,
de clavija mis dedos, mi pecho caja,
diapasón fue mi brazo, mis ojos pampa,
cante...cante y cante a los gritos mis fe y mis ansias,
me miraban las aves como asombradas,
titilaba el luceros y el pasto alzaba
sus dedos diminutos como una gracia...
todo el mundo reía, todos cantaron,
l as cuerdas de mi sueño... me las cortaron..
patrón de mis miserias sigo el camino
con mi yunta de mansos,
con mi yunta de mansos cincho al destino
y amontono esperanzas por eso vivo,
gracias a dios fue gratis haber nacido...
y amontono esperanzas, paso la vida,
sabiendo que mañana es otro día...
Patrón de mis miserias, sigo el camino,
con mi yunta de nuncas cincho al destino,
patrón de mis miserias, talón de suelas,
mis miserias se quedan... mi años vuelan.

José Larralde










José Larralde nació en 1938 en el pueblo de Huanguelén, en la provincia de Buenos Aires. Descendiente de vascos y árabes, don José ha sido trabajador rural, tractorista, albañil, mecánico, soldador eléctrico y, como él se define, guitarrero y cantor.

Con su guitarra a cuestas, Larralde dedicó la mayor parte de su carrera a la música “surera”, un género de raíz folklórica propio de la llanura.

En 1967, el folklorista Jorge Cafrune lo llevó al Festival de Folklore de Cosquín (en la provincia de Córdoba) donde Larralde se reveló a la consideración pública.

A partir de ese momento comenzó una intensa carrera artística. Ese mismo año, “Canta José Larralde”, su primera grabación.

De sus composiciones, muchas han logrado una importante repercusión: “El porqué”, “El alegre canto de los pájaros tristes”, “Herencia para un hijo gaucho”, “Un poco de humo, nomás”, “Esas cosas que pasan”, entre otras.

Tiene en su haber como compositor más de seiscientas obras, trescientas de las cuales no han sido editadas hasta el momento.

Su canto trasciende las fronteras de su país para llegar a países como Alemania, Australia, México, Brasil, Colombia, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Chile y España, entre otros.

Al Igual que Cafrune, Mercedes Sosa y tantos otros, la carrera de Larralde se vio interrumpida por el contenido crítico de sus canciones que hablaban de la situación del país y, en especial, la del ámbito rural.

En 1995, tras diez años sin pisar un estudio, José Larralde grabó “Como quien mira una espera”, publicado por el sello local DBN. Ese mismo año se le otorgó el premio Konex al mejor cantante masculino de música de raíz folclórica. En 1995 y en 1996, la Asociación de Cronistas del Espectáculo, le otorgó sendos premios ACE por sus discos.

Pese a ser incluido entre los folcloristas, Larralde aclara que no lo es. Se mantiene alejado del circuito de festivales y no cuenta con un ningún aparato de promoción. Sin embargo, cada uno de sus conciertos convoca un nutrido grupo de seguidores, en el cual conviven paisanos de alpargatas y jóvenes roqueros de jeans y campera de cuero.


2 comentarios:

Gabriel Báñez dijo...

Mabel, excelente esta letra de "La Voz", la única en rigor. Te mando abrazo surero.

mabel casas dijo...

Gabriel

gracias por allegarte
Larralde vive como un anónimo
su voz es colectiva
cómo no devolver un abrazo surero? vaya para vos también
mabel